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Tamaragua: Cuando el trabajo de una inmobiliaria vale más que el precio de una operación

En el debate sobre la vivienda en España suele dominar la crítica hacia las grandes inmobiliarias y los fondos que acumulan viviendas como si fueran simples activos financieros. Sin embargo, existen otras formas de entender este oficio.

Durante nuestra entrevista con Yolanda, responsable de Tamaragua, una inmobiliaria familiar en Telde, descubrimos una filosofía distinta: aquí no se mide el éxito por la ganancia de cada operación, sino por el valor real del trabajo y por el impacto positivo que puede tener en la comunidad.

Tamaragua nació como un proyecto cercano, pensado para acompañar a quienes necesitan vender su casa en momentos importantes. Su equipo se centra en ofrecer un servicio transparente, humano y con un acompañamiento postventa que da tranquilidad a las familias incluso después de la firma.

EL TRABAJO QUE NO SE VE

Yolanda nos recordó algo esencial: vender una vivienda no es “colgar un cartel y firmar”. Detrás de cada venta hay un trabajo silencioso pero fundamental: revisar documentos y cargas para asegurar la legalidad de la operación, acompañar al propietario en trámites que muchas veces resultan complejos, preparar la vivienda con cuidado para mostrarla en su mejor versión, negociar con criterio defendiendo siempre sus intereses y coordinar con bancos, notaría y comunidad de vecinos para que todo llegue a buen puerto sin sobresaltos.

Nos cuenta Yolanda que Tamaragua no se limita a cerrar la operación: ofrece un servicio postventa que acompaña a los clientes en los pequeños detalles que aparecen después de la firma.

EL VALOR REAL NO SE MIDE EN EUROS

“Todo trabajo tiene un valor más que un precio”, insiste Yolanda.
Ese valor se traduce en tranquilidad, en confianza y en transparencia en cada paso. Vender una casa casi nunca es una decisión sencilla; detrás suele haber una mudanza, un cambio familiar o una situación delicada. Por eso, acompañar con respeto y empatía es tan importante como resolver los trámites legales.

UN MERCADO QUE CAMBIA, UNA FILOSOFÍA QUE SE MANTIENE

El mercado inmobiliario es volátil: los precios suben y bajan, las regulaciones cambian y los grandes operadores aprovechan esas fluctuaciones. Frente a ello, Yolanda recalca la importancia de que las pequeñas agencias mantengan su foco en lo esencial: atender a la persona que vende su casa y proteger sus intereses.

LA VIVIENDA COMO UNA NECESIDAD BÁSICA, NO UN LUJO

Más allá de cada operación, Yolanda insiste en un punto que no debemos olvidar como comunidad: Hace falta más vivienda social, se necesita proteger las VPO (viviendas de protección oficial) y ampliar el parque público. Yolanda afirma que la vivienda debe entenderse como un derecho fundamental, no como un bien de lujo. Porque solo con más protección y más viviendas accesibles se podrá aliviar la presión que hoy sufren muchas familias.

UNA LECCIÓN PARA LA COMUNIDAD

Conversar con Yolanda nos dejó un aprendizaje claro: las pequeñas inmobiliarias pueden ser aliadas de los vecinos. Su compromiso, transparencia y su acompañamiento antes, durante y después de cada operación son un ejemplo de cómo devolver confianza a un sector que, hoy más que nunca, necesita reconciliarse con la gente.