El ingenio de los mercaderes de Telde
La curiosa leyenda del queso de cabra y las hojas de plátano
En el Telde del siglo XVI, el comercio era el alma de la economía local. Entre los productos más preciados se encontraba el queso de cabra, un alimento básico que, sin embargo, no siempre era del agrado de los forasteros debido a su intenso aroma. Fue así como los astutos mercaderes de Telde idearon una solución tan ingeniosa como pintoresca: envolver el queso en hojas de plátano y venderlo como un ‘manjar exótico’. ¿Realidad o leyenda? Esta es la historia detrás de una de las anécdotas más curiosas del comercio canario.
Durante los siglos XVI y XVII, Telde se consolidó como un importante centro comercial en Gran Canaria. Los mercaderes locales negociaban con productos como el azúcar, el vino y, por supuesto, el queso de cabra, un alimento que se producía de manera artesanal en las zonas rurales de la isla. Sin embargo, este queso, conocido por su sabor intenso y su aroma penetrante, no siempre era bien recibido por los marineros y comerciantes extranjeros.
Según cuenta la leyenda, los mercaderes de Telde, conocedores del rechazo que el olor del queso podía generar, decidieron envolverlo en hojas de plátano. No solo para protegerlo durante el transporte, sino también para darle un toque de exotismo. A los comerciantes extranjeros les aseguraban que aquel queso, envuelto en hojas ‘mágicas’, les proporcionaría fuerza y vitalidad durante sus largas travesías. Aunque al principio algunos se sintieron engañados al descubrir el intenso aroma del queso, muchos terminaron apreciando su sabor único y nutritivo, convirtiéndolo en un producto codiciado.
Aunque no existen documentos históricos que confirmen esta anécdota en particular, el uso de hojas de plátano para envolver alimentos era una práctica habitual en las Islas Canarias. Además, la historia refleja el carácter astuto y humorístico de los mercaderes canarios, quienes sabían cómo sacar provecho de las situaciones más difíciles. Esta mezcla de realidad y leyenda forma parte del rico folclore canario, lleno de historias que celebran la creatividad y el ingenio local.
La historia del queso de cabra y las hojas de plátano es solo una muestra del ingenio y la creatividad que caracterizaron a los mercaderes de Telde. Aunque no sepamos con certeza si ocurrió exactamente así, lo que sí es seguro es que estas anécdotas forman parte de la identidad cultural de las Islas Canarias, un lugar donde la historia y la leyenda se entrelazan de la manera más fascinante.