Cinco consejos simples para mejorar la Economía Familiar
Nota: Este contenido amplía, traduce o complementa el artículo publicado en la edición impresa N.º 1 de Telde Magazine.
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¿Te cuesta llegar a fin de mes a pesar de tus esfuerzos? ¡Tienes una solución simple más cerca de lo que crees!
En nuestro día a día en la comunidad; entre el trabajo, familia y gastos inesperados, administrar bien el dinero puede marcar una gran diferencia. La buena noticia es que no necesitas ser experto en finanzas para mejorar tu economía familiar.
¿Por qué es importante?
Una buena administración del hogar nos permite cubrir las necesidades básicas sin agobios, crear un fondo para imprevistos y reducir el estrés financiero que tanto afecta a nuestras relaciones familiares.
Hay tres elementos clave que pueden ayudarte a empezar. En primer lugar, los economistas recomiendan saber identificar todos los ingresos, y saber diferenciar entre los gastos que pagamos de manera recurrente, como por ejemplo el alquiler, la hipoteca, los servicios… a los que llaman «gatos fijos» y aquellos que pueden variar cada mes (como las compras, viajes, ocio…). Distribuir el dinero por categoría, ni bien entra para que llegue a lo importante, es el segundo elemento a considerar. Y por último (y no por menos importante) intentar guardar al menos un 10% de lo que ingrese será clave para esas metas futuras o emergencias.

La historia de los Perez, unos másters en la economía de su casa


La familia Pérez decidió aplicar la economía familiar después de un “pequeño” incidente: gastar el doble en un supermercado porque todos agarraron cosas que “parecían necesarias”. Al llegar a casa, tenían más chocolates y galletas que comida real.
Papá Pérez propuso un presupuesto. Dividieron el dinero en categorías: comida, transporte, ahorro, y algo para antojos. Mamá Pérez se convirtió en la reina de las ofertas, comprando frutas con descuento y cancelando suscripciones olvidadas. El pequeño Luis empezó a ahorrar monedas para su consola de videojuegos, y la tía Pepita tuvo que dejar de comprar figuritas coleccionables “porque sí”.
En poco tiempo, la familia notó que el dinero alcanzaba más, lograron ahorrar para unas vacaciones y aprendieron que no era tan malo planear. Ahora, cuando alguien quiere algo, la frase favorita es: “¿Está en el presupuesto, o mejor lo anotamos para el próximo mes?”. ¡Y así, con humor y un poco de organización, los Pérez se volvieron unos maestros de la economía familiar!